8 Formas de mantener tu hogar limpio y organizado después de la mudanza
El proceso de mudanza puede parecer infinito… Sin embargo, no hay nada como la sensación de sacar tus cosas de las cajas tras el viaje y comenzar a instalarte poco a poco en tu nuevo hogar. Esos primeros días después de la mudanza son gloriosos, todo está en su lugar y el espacio está perfectamente limpio y organizado. Para ayudarte a mantener el orden tras la mudanza te enseñamos 8 formas de mantener tu hogar limpio y organizado después de la mudanza.
1. Adopta pequeños hábitos de limpieza
Si normalmente eres un poco desordenado, puede ser difícil para ti tratar de limpiar tu casa por completo. Intenta adoptar un estilo de vida más ordenado incorporando hábitos simples primero. Por ejemplo, puedes empezar lavando los platos tras cada comida, haciendo tu cama todos los días después de levantarte o asegurándote de devolver a su lugar correspondiente los objetos que hayas acabado de utilizar. Gradualmente, puedes implementar otros hábitos como fijar unos días a la semana o el mes para limpiar los distintos espacios de tu casa. Con el tiempo, te darás cuenta de que vivir en una casa limpia y organizada no es solo muy satisfactorio, sino que además te inspirará a enfocar el resto de tus tareas diarias de forma más eficiente.
2. Comienza la limpieza de tu casa en la entrada principal
Cuando limpies tu hogar, deberías empezar los cambios en la puerta de tu casa. Comprueba que no metes en tu vivienda cosas innecesarias o a las que no vayas a dar uso y estén destinadas a ocupar espacio en un estante indefinidamente. Si vienes de la calle y traes contigo algún tipo de panfleto, folleto o revista, asegúrate de que vayas a leerlos y reciclarlos después o almacenarlos debidamente. Organiza el correo y desecha la correspondencia que no sea de tu interés. Además de filtrar los objetos que introduces en tu hogar, es importante que limpies con regularidad esta zona. Por ser la zona de paso más frecuente para visitantes, miembros de la unidad doméstica y para ti mismo, puedes imaginar la cantidad de suciedad y bacterias que puede acumularse en la entrada de tu casa. Considera quitarte los zapatos al llegar. Puedes designar un espacio para dejar los zapatos en la entrada, incluso podría diseñar un armario para zapatos incorporado en tu entrada principal, para ti y para los miembros de tu familia.
3. Libera espacio y… ¡Gana dinero!
El desorden no solo sobrecarga y empequeñece el espacio disponible de tu casa, sino que además, también mengua los ahorros de tu cartera. En lugar de invertir dinero en mobiliario adicional de almacenaje para guardar aquellas cosas que ya no utilices, libera espacio de tu casa vendiendo lo que ya no uses. Te sorprenderás de cuánto dinero puedes ganar vendiendo tus cosas acumuladas en un rastrillo, mercadillo o en línea. En lugar de sentirte apretado en tu propia casa y dejar que el desorden reine en tu vida, líbrate de todos tus artículos innecesarios. Un buen criterio para decidir si debes conservar algo o no, es tirar todo aquello que no hayas utilizado en más de un año. Conserva en su lugar, aquellos objetos de recuerdo o que te produzcan dicha y felicidad. Finalmente, clasifica los artículos de los que hayas decidido prescindir en tres categorías: Artículos que puedas donar, objetos que puedas vender y cosas que necesites tirar.
4. Organiza tu día a día
Si crees que organizar tus tareas no tiene relación con el orden que mantienes en tu casa, ¡estás equivocado! Aprovecha el cambio de casa tras la mudanza para adoptar nuevos hábitos que favorezcan el orden en tu vivienda y en tu vida. Como comentábamos en el paso 1, mantener tu casa limpia y organizada puede tener un gran impacto en tus tareas diarias. Lo que no sabías, es que este proceso también funciona a la inversa. Si organizas tus tareas diarias, te será más fácil mantener ordenado el entorno en el que vives. El orden de tus tareas se trasladará al orden del espacio que te rodea. Al haber programado tus quehaceres con anterioridad, no tendrás que perder el tiempo organizando tus tareas en el mismo día. De este modo, podrás garantizar que tienes tiempo para llevar a cabo tus rutinas de limpieza diaria en el hogar. Programa tus tareas la noche anterior o con antelación suficiente y realista.
5. Presta atención a lo que respiras
Cuando se limpia y se ordena el hogar la mayoría de personas centra su atención en quitar el polvo, limpiar las superficies, fregar el suelo y pasar la aspiradora. Sin embargo, en el proceso de limpieza, muchos olvidan la calidad del aire que se respira en el interior de su vivienda. La contaminación interior existe, y es un problema grave que puede afectar a tu salud y a la atmósfera general de tu hogar. Afortunadamente hay muchas maneras de eliminar o al menos mitigar este problema; por ejemplo, instalar unidades de aire acondicionado o rejillas de ventilación en tu nueva casa, de esta forma se favorecerá la correcta ventilación en los distintos espacios de tu casa. Otra modo de mantener aireado tu hogar y asegurar así la calidad del aire interior, es introducir purificadores de aire y plantas de interior que ayuden a eliminar toxinas y alérgenos transportados por el aire. Medita también cambiar tus productos de limpieza actuales por otros ecológicos, más saludables para el ambiente y menos tóxicos.
6. ¡Limpia a fondo!
Es habitual que durante el proceso de mudanza y de forma previa a colocar los muebles en la vivienda, se limpie cada espacio de la casa a fondo. Sin embargo, una vez la mudanza ya ha finalizado, existe la tendencia a acomodarse al orden establecido y no volver a limpiar concienzudamente hasta pasado mucho tiempo. ¡No seas perezoso! Quitar el polvo y barrer pueden mantener las bacterias alejadas por un tiempo, pero no son la solución definitiva. Asegúrate de limpiar a fondo tu casa de tanto en tanto. Como mínimo, una vez al mes, lava tus alfombras, cortinas, tapetes y otros materiales que puedan acumular el polvo y la suciedad en tu hogar. Otros útiles domésticos como sábanas, fundas de almohadas, paños y toallas requerirán limpieza y mantenimiento más a menudo ¡Pero no te preocupes! Su desinfección y limpieza es fácil y rápida, bastará con arrojar a la lavadora todas aquellas piezas y prendas que usemos día tras día.
7. Guardar después de usar
Aprender a guardar un artículo después de usarlo es un hábito que te ahorrará mucho esfuerzo. Puede parecer muy sencillo, pero es especialmente útil para evitar que el desorden reine en tu casa tras los primeros días de la mudanza. Al mantener siempre cada elemento en su propio lugar, evitarás que se acumule el desorden. Es posible que necesites introducir más unidades de almacenamiento, pero finalmente habrá espacio para todo. Incluso encontrarás aquello que busques por tu casa con mayor rapidez.
8. Limpia mientras te mueves por la casa
Probablemente hayas pasado junto a una manta tirada sobre el sofá o junto a una pila de revistas sobre la mesa de café innumerables veces. En lugar de obviar e ignorar los lugares de tu casa que poco a poco acumulan desorden, coloca en su sitio y ordena aquello que no esté en su lugar tan pronto como lo hayas visto. No ignores los núcleos de desorden que vayan formándose por tu casa. Por ejemplo, en lugar de dejar tus camisas y ropa tiradas en la silla, plégalas y devuélvelas al armario. De esta forma te será más fácil mantener tu hogar limpio y ordenado.
Como has podido comprobar, mantener tu hogar limpio y ordenado tras la mudanza, suele implicar adoptar nuevos hábitos, pero tranquilo, estos hábitos son muy sencillos de incorporar a tu vida diaria y contribuirán a que tanto tu vida como tu hogar, se encuentren en mayor orden y equilibrio.